Tras la pandemia mundial ocasionada por la COVID-19, que provocó un cambio de 180 grados en el mundo y cambió nuestra forma de comprenderlo y relacionarnos, es más que probable que todos y todas hayamos experimentado en varias ocasiones sentimientos de apatía, tristeza, melancolía o desesperanza. Al fin y al cabo, forman parte de nuestra vida y surgen como respuesta a las interacciones que tenemos con el entorno; son una parte más de lo que significa ser humano y sentir.
La expresión de estos sentimientos en sí misma no es negativa y no tenemos que vivirlos con vergüenza o miedo; sin embargo, es cuando estos sentimientos nos desbordan, nos afectan en diversos ámbitos de nuestra vida, nos imposibilitan llevar a cabo nuestros objetivos y atentan contra nuestro bienestar personal que se convierten en un problema.
Este jueves 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la depresión, una condición mental que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. La depresión es el producto de interacciones complejas entre diversos factores psicológicos, sociales y biológicos que en último lugar impiden que la persona que la experimenta lleve a cabo favorablemente su actividad diaria.
Aquí en Asindown contamos con personas verdaderamente resilientes, emprendedoras, luchadoras y versátiles que nos han ido demostrando día a día que nada puede con ellos y ellas, ni siquiera una pandemia mundial. No obstante, en ocasiones la situación nos puede superar y eso no nos hace peores, nos hace más humanos si cabe.
Las personas con discapacidad intelectual pueden contar con mecanismos alternativos de comunicación para expresar su tristeza, frustración o apatía. Para ser una buena figura de apoyo hay que asegurar la creación de una zona segura para la persona dónde tenga derecho expresarse a su manera, ser escuchado/a y que sus preocupaciones sean tomadas en cuenta.
Tenemos que asegurarnos de escuchar, naturalizar los sentimientos negativos y tratar de fomentar o promover un estilo de vida activo y saludable que ayude a reducir el impacto de la depresión en la vida de la persona y, por supuesto, aconsejarle que busque ayuda profesional. Un buen terapeuta proporcionará los conocimientos y las herramientas necesarias para abordar la depresión y su sintomatología de manera efectiva.