- Las sesiones que se desarrollan con los menores no es el único trabajo que realizan las profesionales. Realizan lo que se denomina atención indirecta, es decir, trabajan sin que el usuario y la familia estén en el despacho. Este trabajo es necesario e imprescindible y se caracteriza (entre otras cosas) por organizar las sesiones presenciales, adaptar el material de trabajo a las individualidades de la familia y el menor, recoger el resultado de las sesiones presenciales para garantizar que el trabajo desempeñado esté acorde con la evolución del menor. Se preparan las pautas para facilitar a la familia, entendiendo como prioritaria la atención a las familias como forma de garantizar el adecuado desarrollo del menor, se realizan las coordinaciones oportunas y un largo etc.
- Las sesiones presenciales son de 45 minutos, utilizando los 15 minutos restantes que faltan para la hora para registrar aquello que se considera oportuno, adoptar las medidas higiénicas necesarias (lavar aquel material que se ha utilizado y el menor se ha llevado a la boca, lavarse las manos, limpiar la mesa si es necesario,etc) recoger y guardar el material utilizado, preparar el entorno para la siguiente sesión. Sin olvidar que las profesionales se extienden en la sesión si creen que la familia necesita de ese tiempo para concretar, reflexionar o consolidar algún tipo de conocimiento/información. El atender dos menores por plaza asignada implica elevar la carga laboral de los profesionales y limitar la atención a sesiones directas por lo que volvemos al punto anterior.